lunes, 14 de noviembre de 2022

CRONICA DE UNA PASION NARANJA el libro de Juan Carlos La Rocca

 Que bueno que con los años tengamos tiempo de escribir nuestra historia !!!. Así lo hizo nuestro compañero Juan Carlos La Rocca contando con mucho detalle una etapa importante de su vida, parte de la cual compartimos con el …. sus años en la Facultad de Ingeniería de San Juan. Y todavía mejor, se animó a escribir y publicar un libro donde cuenta muchas lindas anécdotas de juventud y de su vida adulta que siempre estuvo ligada al basquet. El libro prologado por Ringo Retamales y Oscar Velez es muy fácil de leer .. la narrativa te atrapa y no queres dejarlo.

El viernes 4 de noviembre pasado compartimos el lanzamiento del libro en sociedad. La reunión se hizo en el Museo de la Educación de Mendoza y estuvo muy emotiva. Muchos viejos jugadores de básquet, familiares y compañeros de la Facultad nos dimos cita para acompañar a Juan Carlos. Un reencuentro con muchas historias de vida. 




La mesa presentadora


Algunos de los presentes en el lanzamiento del libro


El jueves siguiente, 10 de noviembre, se hizo la presentacion en San Juan y se eligio la sede del Club Universitarios San Juan, entidad que se inició a partir de un grupo de estudiantes de la Facultad de Ingeniería donde el equipo de básquet, que se formó para participar en los torneos provinciales, fue una pieza muy importante en los inicios de esa institucion.






En San Juan el Acto fue distinto al de Mendoza pero no dejo de tener su emotividad. y nuevamente nos encontramos con los viejos compañeros de antaño.

Juan Carlos La Roca con su libro y de fondo el patito de la U la mascota del Club Universitario



Parte de los asistentes en la reunion de San Juan


A continuación transcribo la INTRODUCCIÓN que escribió el autor en la cual explica las razones por las cuales se decidió a escribir el libro


FELICITACIONES JUAN CARLOS !! Un orgullo de que formes parte de nuestro grupo INGE



Hace algunos días le pregunté a mi hermano mayor en qué fecha nos habíamos mudado a San Juan: "junio de 1956" me respondió. Saqué las cuentas y tomé conciencia de que al año que corre (2017), hace 61 años que juego al básquetbol. Más de 60 años y casi sin solución de continuidad, ya que salvo lesiones o alguna corta circunstancia de vida (dictadura mediante), nunca dejé de practicarlo, Y al afirmar esto me vienen en tropel a la memoria la multitud de compañeros, amigos queridos, conocidos, ídolos de antaño o simplemente adversarios con los que en alguna ocasión me crucé dentro de una cancha. Los que se me anticiparon y se despidieron de este mundo. Y los que perduran jugando o simplemente viviendo, ligados o no al básquetbol


Y sentí la necesidad de volcar en un anecdotario (antes de que la memoria flaquee definitivamente), ese devenir de tantos años corriendo tras una pelota hoy anaranjada, en compañía de tanta gente. Difícil recordarlos a todos. Puse manos a la obra sin tener ninguna duda de que esto que escribo es fundamentalmente para mi, mis íntimos y allegados más cercanos. Si llega a trascender ese círculo será de milagro y ojalá pudiera entretener a alguien más.


Y por qué la referencia a San Juan? Porque allí llegamos con mis padres, un matrimonio de docentes primarios del antiguo Consejo Nacional de Educación. O sea los ya desaparecidos maestros nacionales, estirpe que sucumbiera por alguna gestión "provincializadora" que se sacó de encima esta obligatoria "carga" nacional y se la endosó a las provincias. Quizás aquí podría haber comenzado la decrepitud de nuestro excelente sistema educativo primario y elemental de antaño.


 Esos padres con semejante profesión eran un poco trashumantes. Se conocieron en Esquel, provincia de Chubut, a mediados de la década del'30. Allí habían arribado ambos por distintas causas: mi padre José Nicolás ostentando el título de maestro de grado aún invicto de trabajo, oriundo de Buenos Aires y egresado de la Escuela Normal de Lomas de Zamora. Corrido de la capital por una dolencia asmática, tras un breve paso por Córdoba y entusiasmado por su amigo Carlos Siciliano ya establecido por esos lares, decidió dar ese osado paso y a los 22 años se instaló en el lejano Chubut. En Buenos Aires habían quedado sus dos hermanas solteras (en ese entonces y luego en forma perenne), mi madrina Lucia y la buena Pirucha (Maria Clelia); Juan, mi abuelo bohemio y mi abuela Falbo (siempre la nombraron por su apellido) quien falleció a poco de establecerse mi viejo en Chubut. Mi madre Cora Zulema Saqui recaló en Esquel tras la muerte de su padre, mi abuelo Carlos, también trashumante jefe de correos. Primero en Bahía Blanca de donde fue oriunda mi mamá Chichi (así le decían en familia), luego en Río Cuarto y finalmente en San Luis donde lo encontró la muerte a temprana edad y con familia numerosa integrada por: mi abuela Argentina Gazzola y sus hijos (mis tíos) Carlos, María, Raúl, China, Gringo y Toto, el menor Carlos ya casado y con hijos, docente primario, y su mujer, mi tía Chicha también docente quienes ya ejercían en la Escuela No 20 de Esquel. Y hacia allí partió mi abuela viuda con las dos hijas menores, ambas ya docentes egresadas en la Escuela Normal de San Luis con destino al lejano sur detrás de los pasos del hijo mayor. También viajaron Gringo y Toto. Ya se habían desprendido del núcleo familiar mi tío Raúl (ingresado en la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral) y tia Maria, fugada a La Plata con su futuro marido (el tío Chato, llamado así por su altura escasa, obviamente).


Con los años y a la distancia cuesta entender esas decisiones de desarraigo forzoso. A otra escala, pero similar al de esos antepasados trasplantados de Europa, Asia u otros confines, que atravesaban precariamente el mundo para establecerse en regiones o países desconocidos en busca de "su lugar en el mundo" o simplemente de una oportunidad de vida. 


Éxodo parecido pero distinto, por lo dramático, al que hacen esas multitudes de jóvenes que desde remotos países africanos o asiáticos tratan de llegar por cualquier medio a Europa, dejando muchos de ellos sus ilusiones y sus vidas en esos mares a bordo de abarrotadas embarcaciones, muchas de las cuales no llegan a destino. O las multitudes de Centroamérica y México que por vía terrestre tratan de llegar a Estados Unidos, quedando muchos de ellos en el camino. 


Se establecieron mis padres en Chubut en forma separada. Mi madre en Esquel con un nombramiento como maestra de grado en la Escuela N° 20. Mi padre como maestro de grado único (los antiguos maestros rurales de zonas alejadas e inhóspitas que se ponían al frente de un grado único, dando clases para todos los niveles) en la Escuela No 76 de Cañadón Grande. Transcribo a mi padre en su discurso de despedida de la docencia al momento de jubilarse:


 Recuerdo por especial motivo la Escuela 76 de Cañadón Grande, también en el Chubut, donde hice mis primeras armas como directory donde sorbía manos llenas la auténtica soledad de mi existencia como maestro de escuela de único personal, aislado y alejado del mundo, con la sola compañía de mis alumnos rodeado de distancias en todos los horizontes.


 Fue luego trasladado a la Escuela N° 18 "Benjamín Zorrilla" del Río Corintos, en el Valle 16 de octubre en la Colonia Galesa de Chubut, a unas leguas (unos 13 kilómetros) de Trevelin y en una zona que en primavera se asemeja a la campiña que estos galeses abandonaran en su trashumancia. Ahí conoció a la joven maestra que luego fuera su esposa y mi madre Transcribo nuevamente sus recuerdos:


 Vino luego la Escuela 18, donde fundé mi hogar y junto con mi esposa, que unido al mío su destino docente, realizamos una prolongada labor de acercamiento con padres y vecinos que arrimó sinceros e inolvidables amigos: Egrwin Williams, el joven letrado de la Colonia; Bob Roberts, el bajo del Coro Galés: Domingo Bascour, el chileno sabihondo y vecino; Llwin Williams el inconformable, y tantos otros que alegraban la escuela en las sencillas fiestas en las que se reunía toda la comunidad. O más aún cuando reunidos en el cementerio del lugar, frio y agreste el que más, despedían a los seres queridos con cánticos hondamente emotivos que el viento implacable desparramaba por todo el valle


 Esta cita describe ese tan particular ambiente docente, donde por el lado de los alumnos se mezclaba la tradición tehuelche de niños y niñas de pelo negro lacio e hirsuto, con blondas melenas y ojos celestes y tonadas diversas, reflejadas en alguna fotografia donde veo a mi padre dentro de su blanco guardapolvo, rodeado de chicos de esa contradictoria descripción.


Esa escuela trascendió en la historia al ser sede de un plebiscito donde la comunidad galesa optó por la nacionalidad argentina en un diferendo de límites entre Argentina y Chile, arbitrado por la Corona en el que ambos países estuvieron representados. Quien asumió esa responsabilidad por el lado argentino, fue el Perito Moreno. Hoy por tal razón dicha escuela es considerada Monumento Histórico Nacional y conocida como la "Escuela del plebiscito".


 Sigue mi padre:


 Después de diez largos años, dejamos las soledades patagónicas cuyo clima inclemente dejó hondas huellas en nuestra salud llegando a las hospitalarias tierras mendocinas, en compañía de dos hijos y una carga de experiencias que fructificaron en la Escuela N° 73 de Molino Orfila (San Martín, Mendoza) en un lapso de once años de labor docente (como director mi padre y como maestra mi madre).

La referencia es a mi hermana Cristina y mi hermano Horacio, nacidos en tierra chubutense, el último en la misma escuela en mayo de 1942. El ciclo patagónico supo de nuestros entusiasmos juveniles y nos dio un cúmulo de conocimientos, que permitió la lectura constante y sin medida con que combatimos la soledad


 Ya en San Martín a un año de establecidos, me tocó a mí llegar a esta familia el 5 de febrero de 1947 y comenzar a recorrer esto que llamamos vida con el ADN que marcó en mi familia todo lo anterior, descripto sucintamente en esta introducción.








martes, 30 de noviembre de 2021

Almuerzo en el Club de campo el 20 de noviembre 2021

 Hermosa juntada !! Hacia falta despues de tanto encierro. Yo lo disfrute un monton y estoy segura todos los pasaron muy bien.






Agrego las fotos que nos hicieron llegar y que muestran que estabamos felices de reencontrarnos















Carvajal Ponte

Quiroga Noguera Dufour

Noguera Dufour Bandiera


















Valdez Noguera

Poggio Bonfigli

Fontan Yornet Velez




Allocco Ferrer Quiroga Carvajal Dufour Retamales
Vega Yaciofano






miércoles, 3 de noviembre de 2021

Entrevista a Ernesto Ferrer

 

ERNESTO FERRER: ES MENDOCINO, PASÓ POR IMPSA, AUSTRAL Y TELEFÉ Y DURANTE 17 AÑOS DIRIGIÓ IDEA, LA MAYOR ENTIDAD EMPRESARIA DEL PAÍS

Comparto en el blog esta entrevista que le hicieron hace unos meses a Ernesto Ferrer uno de los compañeros de INGE. Su trayectoria profesional amerita su publicacion.


https://ecocuyo.com/tras-17-anos-en-el-cargo-el-mendocino-ernesto-ferrer-deja-de-ser-el-director-ejecutivo-de-idea/





nesto Ferrer es de esas personas que no cabrían en el estereotipo del empresario exitoso promedio argentino. No lleva 25 años en una compañía ni se ha anquilosado en una actividad determinada. Es un ingeniero electromecánico que se dedicó a los negocios, y que en su extensa trayectoria puede afirmar que ha hecho de todo: desde vivir en un tráiler en Catriel (Neuquén) hasta ser gerente general de Austral Líneas Aéreas y de Telefé, pasando por una larga etapa como integrante de IMPSA, en la que viajó por todo el mundo y negoció contratos millonarios.

Recientemente, el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) presenta un cambio en la posición de Director Ejecutivo que ocupó el Ingeniero Ernesto Ferrer por 17 años ininterrumpidamente, y aportó su experiencia acumulada previamente como CEO y Director de empresas de primer nivel.

Su lugar lo ocupará Daniel González Casartelli e iniciará su gestión como Director Ejecutivo de IDEA el día 1° de julio.

Ernesto logró en su gestión transformaciones profundas y trascendentes para IDEA imprimiendo su impronta y dejando su huella en todas las actividades de la institución. Sólo por nombrar algunas, se adquirió un nuevo edificio donde IDEA concentró todas sus actividades en un espacio de excelencia.



Er

nesto construyó y lideró un equipo de trabajo de enorme calidad técnica y humana, sumamente profesional. Se consolidó a la Escuela de Negocios en un lugar de absoluta calidad con una importante oferta de programas. Se incrementó significativamente el número de actividades y de empresas socias. Durante su gestión, IDEA mantuvo firme el rumbo de su mandato estatutario, en la estimulación del rol del empresario en la sociedad y de los valores republicanos. Para IDEA es importante mencionar que Ernesto seguirá vinculado a la institución como asesor part time del Comité Ejecutivo.

Daniel González es Licenciado en Administración de Empresas de la UCA. Entre 2012 y 2020 se desempeñó en distintas posiciones en YPF, inicialmente como CFO y luego como CEO de la empresa. Previamente, trabajó durante 14 años en Merrill Lynch/Bank of America en Buenos Aires y Nueva York donde, entre otras cosas, lideró la práctica de Fusiones & Adquisiciones en la región. Además, ha participado activamente como Director Independiente en distintos Directorios de sociedades en América Latina.

“Después de una intensa actividad profesional como CEO y en Directorios de Empresas, hace 17 años acepté el desafío de integrarme a IDEA, y concretar en acciones los Valores y Principios que promueven la actividad del empresariado y estimulan permanentemente el diálogo con todos los sectores sociales, única manera de generar soluciones sustentables a los problemas de nuestro país. Agradezco a todos y cada uno de los miembros de los Directorios y los Socios que me apoyaron todos estos años, así como al staff que me acompañó en esta hermosa etapa de mi vida” expreso Ernesto Ferrer.

“Para mí es un orgullo formar parte de una institución del prestigio de IDEA y me genera un enorme entusiasmo esta plataforma para realizar mi aporte para que el sector privado contribuya al desarrollo de nuestro país; estoy convencido que todos debemos trabajar en una articulación más virtuosa de lo público y lo privado con el objetivo de reducir la pobreza en nuestro país.” manifestó Daniel González.

“Estamos muy agradecidos a Ernesto por los años dedicados a la institución, posicionándola como uno de los foros empresarios más relevantes del país, siendo un actor esencial en la profesionalización de la institución. Le damos la bienvenida a Daniel que es alguien quien ha mostrado una gran capacidad de trabajo y transformación en lugares como YPF, con procesos políticos diversos, algo que representa el objetivo de IDEA de contribuir con el progreso económico y social sin alineación política y con diálogos profundos con la comunidad.” dijo Roberto Murchison, Presidente de IDEA.

Sin dudas, la impronta que traerá Daniel González, con su gran experiencia, responde al deseo institucional de seguir consolidando el posicionamiento de IDEA en sus objetivos y mandatos estatutarios; en la promoción del crecimiento y la competitividad de las empresas privadas como vehículos de generación de trabajo y de la sostenibilidad del país.

Entrevista

-¿Cómo fue que pasó de ser parte de IMPSA a integrar la mesa chica de la fundación IDEA?

Yo te empezaría a contar desde más atrás. He tenido una carrera exitosa, pero no sería nada sin mis orígenes. Mis padres fueron inmigrantes españoles, llegaron a Mendoza en 1936. Venían de la Guerra Civil. Fueron humildes, pero apostaron por nuestra educación -la mía y la de mis hermanos-; yo fui a una escuela pública a la primaria, a la Mariano Moreno. Después estudié en el Liceo Militar General Espejo la secundaria, porque obtuve media beca.

-¿Cómo empezó su carrera como ingeniero?

Antes de concluir el Secundario me fui de intercambio a Estados Unidos, becado por la American Field Service (AFS). Después volví y terminé con la otra promoción. Egresé en el ’62, y después me fui a estudiar ingeniería electromecánica a San Juan.

-Cuando se recibió, ¿volvió a Mendoza?

En realidad, me fui a Venezuela, porque mi primer trabajo como ingeniero lo hice allá, en el lago Maracaibo.

-¿Qué hizo cuando regresó al país?

Volví a Mendoza, me casé con la que ahora es mi esposa, Silvia Suárez, y nos fuimos a vivir a Catriel, en Neuquén, en el medio de la nada. Vivíamos en un tráiler. Mi esposa es maestra jardinera y daba clases en la escuela del lugar. Así vivimos un año, hasta que nació nuestro primer hijo y decidimos volvernos a Mendoza.

-¿Cómo fue su ingreso a IMPSA?

Cuando volvimos, me enteré de que una compañía muy importante buscaba un ingeniero que hablara inglés y me presenté. Me entrevistó el mismo Enrique Pescarmona. Fue en 1972, y desde ese día comencé a trabajar en la empresa, en donde éramos apenas tres ingenieros y me tocó vivir todo el crecimiento y el auge que se dio por esos días.

-¿Cuál era su tarea en ese momento?

Comencé a viajar por todo el mundo para negociar contratos. A fines de los ’70 la empresa me envió a Hardvard a realizar una especialización en negocios (Program for the management development) y luego asumí la gerencia de la compañía. Era una época en la que la empresa fabricaba equipamientos para centrales hidroeléctricas, turbinas y generadores. Artefactos del tamaño de un reloj de 10 metros de diámetro y 100 toneladas de peso. IMPSA poseía un laboratorio modelo de hidráulica.

-¿Cómo fue el desarrollo de la compañía en esa época?

Entre los ’70 y los ’90 fue imparable. Se creó una planta que fue una de las más modernas del mundo. En 1985, cuando nadie hablaba de China, recorrí durante 45 días el interior de ese país relevando mercados potenciales para la empresa. De ese viaje se abrieron posibilidades en Hong Kong, Filipinas, Singapur y todo el Sudeste asiático. Se requería una gran reputación para que los clientes creyeran en una empresa extranjera que iba a fabricar estas maquinarias tan complejas, y a largo plazo. IMPSA tenía esa reputación. Por eso es tan importante que el mercado local les dé posibilidades a sus propias industrias.

Pero en ese momento sobraba oferta a nivel internacional…

Fue la época en la que IMPSA ingresó en el campo nuclear. Hicimos grandes contratos con Alemania. Enviamos personal a perfeccionarse allá y los alemanes se quedaron sorprendidos de la capacidad de trabajo de nuestra gente.

-¿Qué le dejó esa etapa?

Un gran aprendizaje como negociador, realicé acuerdos con Israel, Alemania, Estados Unidos, Japón y la entonces Unión Soviética. Esto me sirvió durante el resto de mi vida.

-¿Hasta cuándo formó parte de IMPSA?

En 1988 la empresa compró Austral Líneas Áreas y me ofrecieron hacerme cargo de esto, acepté y me preparé. Necesitaba saber detalles del manejo de las líneas aéreas y a través de un amigo que hice en Hardvard me contacté con Bob Crandall, líder de American Airlines. Con él aprendí mucho porque fue un gran transformador del negocio aerocomercial. Me fui a vivir definitivamente a Buenos Aires, con mi familia. Mis tres hijos (Ernesto, María Eugenia y María Marta) eran adolescentes. Y ya comenzamos una vida allá. Formé parte de IMPSA hasta que el 1992 me ofrecieron hacerme cargo del grupo Telefé.

-Pasó por un cambio radical: de las líneas aéreas al mundo de los medios, y a gran escala…

-Es así, pero yo creo que cuando uno tiene capacidad de liderazgo puede hacer frente a cualquier desafío. Me considero un apasionado de las cosas que hago, de mis emprendimientos. Y formo buenos equipos de trabajo.

-¿Cómo lo hace?

Considero que la gente que forma parte de una empresa tiene que ir contenta a trabajar y eso es lo que trato de transmitir. Yo me enamoro de mi actividad y esto se contagia.

-No todos lo entienden así…

Es necesario que haya un enamoramiento de la actividad. Los líderes de negocios van aprendiendo que el tiempo que una persona le dedica a la empresa de la que forma parte hace que se pueda aprovechar la oportunidad que esconde cada pequeño proyecto. Tanto la persona que hace el café como los gerentes. Porque siempre se puede hacer mejor la tarea que le toca a cada uno.

-¿Y qué considera indispensable para que esto ocurra?

La capacitación es indispensable para formar mejores empleados y mejores personas y el entusiasmo personal, que se logra con el buen clima del lugar de trabajo.

-Volviendo a Telefé, ¿cómo fue esa experiencia?

-Me tocó una etapa en donde Telefé era líder de rating. Yo negociaba los grandes contratos, como los de Marcelo Tinelli y Susana Giménez. A eso me dedicaba. Conocí además a la persona que para mi más sabe del negocio televisivo: Gustavo Yankelevich. Lo considero el mejor estratega. Estuve en Telefé hasta 1996, que fue cuando cambió de dueños y decidí irme y comenzar con otros emprendimientos.

-¿A qué se dedicó allí?

-Me llamó Santiago Soldati para asistir en la privatización de aguas, cuando se creó AYSA (Agua y Saneamiento Argentino) me ocupé de esa venta. Y después de esto, me retiré a otros emprendimientos.

-¿Estuvo en la función pública alguna vez?

-Fui parte del equipo de Eduardo Braun Cantilo, cuando fue secretario de Industria del gobierno de Eduardo Duhalde. Yo negociaba los contratos bilaterales de la industria con Brasil, Chile, México. Fue mi única incursión en la gestión pública y me retiré definitivamente.

jueves, 16 de enero de 2020

LA LEGISLATURA RECONOCIÓ AL “GENIO DE LAS MATEMÁTICAS” MENDOCINO

La Cámara de Diputados reconoció  a Horacio Retamales por resolver la Ley de Distribución de los Números Primos. Retamales es ingeniero electromecánico y dedicó su vida profesional a las matemáticas

11 de noviembre 2019 
Artículo publicado en https://ecocuyo.com/mente-brillante-la-legislatura-reconocio-al-genio-de-las-matematicas-mendocino/





El ingeniero Horacio Retamales tiene 77 años y los últimos 15 los dedicó a estudiar la Ley de distribución en números primos.




Por iniciativa del diputado Álvaro Martínez (PRO) la Cámara de Diputados reconoció  al Ing. Horacio Retamales por resolver la Ley de Distribución de los Números Primos, al explicitar los lugares que ocupan todos los primos en el conjunto de los números naturales.
El profesional  estudió en la Escuela Técnico Industrial “Emilio Civit” y culminó sus estudios de grado en la Universidad Nacional de Cuyo, donde obtuvo el título de ingeniero electromecánico, dedicando su vida profesional a las matemáticas.
El diputado Martínez ponderó el trabajo incansable del Ing. Retamales resaltando que “Horacio dice que los problemas se resuelven buscando soluciones y me parece un concepto importante para los políticos en general y en particular los jóvenes, que como en mi caso comienza esta carrera política con la intención de encontrar soluciones a los problemas de la comunidad”.


Por su parte el Ing. Retamales agradeció el gesto de la cámara baja y señaló que “es necesario todos los días tener una meta, un objetivo para concretar o resolver para que las luces del conocimiento  siempre estén encendidas”.

Varios amigos que se encontraban entre el público presente en el acto de reconocimiento  valoraron especialmente “los valores humanos “del Ing. Retamales.


Un enigma matemático de 2.000 años
Retamales resolvió un enigma matemático de 2.000 años de antigüedad. Pese a este descubrimiento, “esto no sé debe a una inteligencia enorme, es simplemente fruto de un trabajo sostenido durante muchos años”, dice el protagonista.

“El descubrimiento es casi astronómico, porque es como descubrir una galaxia”, cuenta Horacio Retamales, que está a días de cumplir 77 años y los últimos 15 los dedicó a este trabajo que le permitió establecer “una ley de distribución de números primos”, después de que hasta ahora se suponía que no tenían ley y que solo el azar los ubicaba dentro de los números naturales.
Pese a la importancia de este descubrimiento, la noticia prácticamente fue ignorada. “Yo intenté, ante el primer resultado, publicarlo en tres revistas. Una es la Unión Matemática Argentina y otras dos son del exterior. En los tres intentos, las respuestas han sido las mismas: No hay árbitros sobre el tema. Yo considero que eso no es verdad. Ocurre que se ocupan de publicar las cosas que para ellos son importantes, pero no que puede ser importante para los demás”, dice Retamales.
“Yo les dije que descubrimos la ley de distribución de primos, cuando hasta los griegos hablaban de que los primos eran infinitos pero no tenían ley y esa es lo que hemos encontrado, pero ni siquiera me respondieron. Pero mis colegas amigos son mis jueces y los que le dan importancia a este trabajo”.



Como corresponde varios de los compañeros estuvimos presentes en la Legistatura para acompañar a Ringo !!!